viernes, 28 de diciembre de 2012

De regreso

Hola, ¿como estas?

Bien pues aqui años después...
Al leer la primera entrada de este blog me dí cuenta de que han pasado ya siete años, de esta rueda de la fortuna que ha sido mi matrimonio; En aquel entonces publique alrededor de siente entradas y tenía veintiséis años, trataba de aprender lo más que podía con la escasa información que existía de este tema, y en realidad era muy inmadura al respecto, en ese momento mencione que mi marido "había sido" adicto al cybersexo, la verdad es que un adicto es siempre un adicto, la rehabilitación es la diferencia, durante estos cuatro años tanto él como yo hemos pasado por muchos problemas causados por esta adicción suya yo he continuado de leyendo y documentándome.

 
Actualmente tengo treinta años sigo leyendo y documentándome al respecto, y ambos seguimos luchando con esto, claro es su problema yo le apoyo. Mucha gente nos dice que somos una pareja muy buena, que nos llevamos muy bien, incluso extraños, cuando yo habló de eso siempre digo, "Espero que estemos juntos toda la vida, pero no conocemos el futuro, solo sé que mientras estemos juntos voy a tratar de ser lo más feliz que pueda".


Son ya siete años de lucha, cuando noto la magnitud de lo que digo a pesar de que ahora todo parezca estar bien me doy cuenta que puede volver a pasar. Pero no daré mi matrimonio por perdido y si vamos a estar juntos como el matrimonio que somos voy a ser la mejor persona posible en consecuencia la mejor esposa posible y sé que él hará lo propio.


Escribiré respecto a lo que han sido estos siete años y como es que a pesar de lo que implica una situación como esta escribo tan apasionada por mi matrimonio, estoy ansiosa y emocionada por ello, hace cuatro años cuando comencé a escribir me dé cuenta de que existía poco información al respecto, invertí muchas horas hurgando en internet para encontrar algo mínimo, pero algunas de esas mínimas cosas me ayudaron.


Creo que quienes estén pasando por circunstancias de este tipo necesitamos saber que no estamos sol@s, y mostrar el otro lado de la moneda al respecto de este tema.


¿Hay esperanza?, yo diría que si... ¡Qué siempre la hay!